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Aquí tenéis un nuevo artículo : hoy os hablamos de nuestro Duomo, la Catedral de Milán, la tercera iglesia más grande del mundo.
Un triunfo de mármol y estatuas, capiteles y pináculos, un festín para los ojos de todos, independientemente de su religión.
Majestuoso y solemne, se encuentra en medio de la plaza del mismo nombre desde el siglo XIV: serán necesarios cinco siglos de trabajo para completarlo.
Pero, ¿de dónde viene el mármol del que está hecho? De lejos: a más de 100 km de la ciudad se encuentran las canteras de Candoglia, localidad cercana al lago Maggiore. El Señor de Milán en ese momento, Gian Galeazzo Visconti, concedió a la Fabbrica del Duomo el uso del mármol hasta que se terminara la construcción. El viaje de Candoglia a Milán, largo y lleno de peligros, pronto se convirtió en un viaje sobre el agua: gracias al lago, al río Ticino y a los canales que llegaban a la ciudad, los bloques de mármol llegaron a su destino en solo 18 horas. ¡Por supuesto, no se pagaron impuestos! Era una misión sagrada, y cada bloque estaba estampado con la inscripción: AUF ad usum fabricae, es decir: para la fábrica del Duomo. Esto dió lugar a una divertida expresión milanesa, bien conocida por aquellos que todavía hablan el dialecto local, que indica el término AUF como el equivalente de «gratis», en pocas palabras: ¡sin pagar!